Supongo que ya lo habrás escuchado, eso de que durante la menopausia tus hormonas se revolucionan más que de costumbre. Y no es poca la fiesta que se montan.

Nuestros ovarios dejan de liberar óvulos, por lo que nuestros cuerpazos producen menos cantidad de hormonas sexuales femeninas: los estrógenos y la progesterona. Las hormonas son las mensajeras químicas de nuestro cuerpo. Se pasean por él a través de nuestra sangre para ir indicando a los tejidos y a los órganos lo que tienen que hacer. Pasan por nuestro útero y por nuestras trompas y ovarios, para marcar el check de que funcionan bien. Son como el inspector de trabajo de nuestro organismo, que repasa el trabajo y les da las últimas pinceladas necesarias.

Un desequilibrio hormonal, por pequeño que sea, parece un pequeño paso para nuestro organismo, pero resulta en un gran desencadenante para nuestra manera de sentir el cuerpo. Y es que es a partir de esto que se producen los síntomas de la menopausia.

Las funciones concretas de estas dos hormonas son varias:

1. Preparan a nuestro cuerpo para ovular y fecundar. La progesterona transforma el tejido que recubre las paredes internas del útero (el endometrio) para acoger el óvulo en caso de ser fecundado.
2. El estrógeno producido por nuestros cuerpos protege nuestros huesos. Es por esto que, con la disminución de la producción de estrógenos, se produce una pérdida de nuestra masa ósea y la osteoporosis nos puede venir a ver.
3. Al influir en el metabolismo de las grasas, ambas hormonas ayudan a regular el colesterol. Además, favorecen la relajación de las paredes de los vasos sanguíneos, por lo que aumentan la irrigación y disminuyen la tensión arterial. Es por esto que la falta de estrógenos también afecta al metabolismo con un aumento de peso, redistribución de la grasa o con un aumento de la tensión arterial.
4. Ayudan a la formación de colágeno, que es uno de los principales componentes del tejido de la piel. Por tanto, sin producción de estrógenos, el aspecto de la piel puede variar.
5. Otra función de los estrógenos es la estimulación de la libido. Así que sin estrógenos es posible que nuestro apetito sexual baje un poco los decibelios.

Y es que, de repente, nuestros cuerpos se encuentran en un caos hormonal de cambios. Y nosotras nos encontramos ahí, como si llevásemos dentro un tifón que no sabemos por donde coger y que, oye, a mi nadie me ha preguntado si lo quería.

Y de repente aparecen los calores que te suben por el cuerpo, la dificultad para dormir, la tensión arterial alta, los cambios de humor… Pero no todo el proceso de la menopausia se vive de la misma manera.

Hay tres etapas en función de los cambios hormonales que se hacen

Que si menopausia por aquí, menopausia por allá… Pero este nombre es solo una de las etapas que hay. Lo llamamos climaterio al conjunto de este periodo que vivimos. Climaterio. Que nos cambia el clima, vaya. Y no les falta razón. Es dentro de este que se diferencian las tres etapas que vivimos:

La primera etapa, la perimenopausia, es la etapa previa a que nuestra menstruación nos diga bye del todo. Es cuando empezamos a notar las primeras alteraciones de nuestra regla y algunos pequeños síntomas, lo que se conoce como “mierda, creo que empiezo a estar menopáusica”. Puede durar desde unos meses hasta años, varía mucho en el cuerpo de cada una.

En la etapa de la menopausia nuestra regla se despide de forma definitiva o como lo llamamos “vale… creo que ahora sí que sí”. También se le podría llamar la etapa del duelo de la regla.

Es durante la postmenopausia que nuestro cuerpo ya lleva un tiempo subido a las atracciones más suaves de Port Aventura y se va en busca del Dragon Khan o de la Caída Libre. Y es que es cuando nos empiezan a faltar más los estrógenos y la progesterona, los cambios debidos a este déficit hormonal se van a empezar a acentuar.

Aunque parezca todo malo, podemos estar hablando del mejor momento vital de la mujer

Los cambios que tendremos en nuestras vidas pueden convertirse en una nueva manera de vivir. Es posible cuidarnos sin dejar de disfrutar.

Hay una visión extendida de la menopausia como el peor periodo de la vida de una mujer, incluso se puede llegar a ver como una enfermedad. Pero, espera un momento. Hemos visto que, erróneamente, a todo este periodo de tiempo se le llama menopausia… Pero la menopausia es, tan solo, un suceso puntual, que puede durar como mucho, unos 3 u 8 días.

Por lo tanto, cuando hablamos del periodo menopaúsico, la mayoría de nosotras nos referimos al climaterio, un periodo de vida que dura varios años. Si estamos hablando de una etapa vital, ¿Cómo se va a tratar de una enfermedad? ¿Cómo puede ser que toda una etapa vital sea mala?

Y es que aquí estamos muy equivocadas, pero entonces, ¿Por qué casi todas las mujeres le temen tantísimo a la mal llamada menopausia?

Claro, si solo se habla de sofocos, depresión, cambios en la masa corporal, osteoporosis, insomnio, etc. Escuchamos mucho todo lo malo que conlleva a nivel físico la menopausia, pero, además, nos refuerzan todo lo malo que también conlleva a nivel social: durante siglos la menopausia se ha entendido como un signo de declive para las mujeres, una pérdida de fortaleza al acabar su capacidad reproductiva. El ser una mujer sin capacidad reproductiva te coloca directamente en una posición de “inutilidad” y de vejez.

¡Para no tenerle miedo así!

Por suerte, en pleno siglo XXI, se empieza a comprender que solo es una etapa de cambio. Obviamente, nuestra calidad de vida depende de los síntomas físicos que presentemos, pero también de la percepción que nosotras tengamos de todo el proceso.

Tenemos que ser nosotras las que le demos la vuelta a esto. Entender que, el climaterio es un periodo de transición en la mujer de su etapa reproductiva a la no reproductiva. Entenderlo como una etapa vital como otra cualquiera, con sus características específicas. ¿O es que durante la adolescencia no se nos revolucionan las hormonas también?

Durante el climaterio va a cambiar nuestra forma de percibir la realidad y nuestras necesidades. Como mujer, no se debe considerar esta etapa como el inicio de la vejez, sino como una nueva etapa para hacer cosas que siempre has querido: dejar atrás la etapa reproductiva abre las puertas a una nueva etapa para disfrutar de tu sexualidad. Además, actualmente, la disminución de las hormonas en el climaterio puede verse atendida y cuidada de forma muy sencilla para que sea un mal menor. Adoptar una alimentación baja en carbohidratos, realizar ejercicios concretos y recurrir a suplementos naturales, van a ser tareas claves para ello.

Antes se pensaba que tener la menopausia era “ser vieja”. Hoy, la mujer menopáusica puede estar en la mejor época de su vida. Tener consciencia de la realidad y la naturalidad de este proceso, así como reducir el estigma que arrastra, va a hacer que las experiencias sean positivas y satisfactorias. Aceptar esta etapa como un proceso natural y tener la información necesaria para acompañarla de la mejor forma, será el punto clave para que sea una de las mejores etapas de nuestra vida.